Reflexiones desde Guadalajara

sábado, 27 de marzo de 2010

La Plaga Humana

Desde que era niño, he tenido una curiosa fantasía.  La fantasía de que el hombre es una plaga que aqueja al planeta.  Literalmente.

Como si el planeta fuera un  organismo vivo, el cual tiene una enfermedad (el humano), la cual se expande y disemina sin control, destruyendo y arrasando todo a su paso, en una forma similar a la que se expanden las bacterias o virus en una persona que tiene sus defensas bajas.

Y al igual que en una enfermedad, en la que el organismo es capaz de tolerar una gran cantidad de bacterias y virus antes de colapsar; y llega el momento en que el ataque es tan fuerte que finalmente sucumbe; así mismo me imagino  a nuestro pobre planeta.

La población humana ha crecido en los últimos siglos en una forma tan acelerada, casi exponencial, que no hay recurso que alcance y zona u ecosistema que no sea devastado buscando sustentar al humano, o alguna actividad económica relacionada con él.

Y en este crecimiento tan brusco y acelerado, estamos acabando con infinidad de especies animales y vegetales; atacando la biodiversidad e incluso llegando a afectar algo tan delicado como es el equilibrio entre ecosistemas y clima.   El hombre se enfrenta a una extinción masiva de especies, que ya ha iniciado  y que difícilmente podrá ser revertida.  Y esto ocurre en los hielos polares, los océanos, las selvas, los bosques, etc.  

Es increíble pensar que una especie que tiene tanto poder y se jacta de ser pensante; sea capaz de acabar tan estúpidamente con tanta vida.

En general, creo que no es que el humano sea malvado o quiera destruir todo.  Simple y llánamente en su mayoría es estúpido, y no se da cuenta del daño que hace, y como una simple acción a la larga tiene un efecto increíblemente más fuerte del que él siquiera pudo imaginar;  y más cuando este efecto se acumula con las acciones de millones de seres más.

No imagino cómo se pueda prolongar por mucho más tiempo el estilo actual de vida del ser humano, principalmente el modo occidental.  Es increíble el derroche de recursos, de energía, el costo ambiental de mantener a cada persona que vive bajo este estilo.  Cierto es que el estilo de vida es muy cómodo... ¿pero a qué costo?

No quiero sonar apocalíptico o extremadamente negativo, pero pienso que al igual que cuando un organismo sucumbe por su enfermedad, y al morir finalmente las bacterias o virus también mueren con el organismo al no tener ya un receptor que les permita vivir;  al llegar nosotros  a afectar a nuestro planeta en una forma irreversible, que lleve a eliminar las condiciones necesarias para la subsistencia humana, finalmente el humano en su gran mayoría también perecerá.

Y nunca antes el humano se ha encarrilado a tal velocidad a este destino.

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