Casi siempre damos por hecho las cosas. Día tras día, piensa uno que las cosas seguiran igual y que no habrá ningún cambio. Y en base a esta suposición, pierde uno de vista las cosas que son importantes y tomamos como centro de su existencia cosas superfluas, insignificantes o sin importancia real si las llega a considerar una en el contexto de toda una vida.
En mi caso, hace unos días mi madre me ha comentado que ha tenido unos problemas de salud últimamente. El caso es que después de ir a realizarse una revisión y unos estudios médicos, es casi un hecho que le van a extirpar la matriz. El día de ayer pasamos mis hermanos y yo gran parte del día con ella en el hospital, ya que le realizaron un legrado, que servirá como base para determinar que se va a hacer. El principal temor, es que la causa del problema tenga que ver con un tumor. Y pensar que si este realmente existiera ....pudiera ser maligno. Me aterra pensar lo que podría venir si este diagnóstico se confirmara. Siempre nos dicen que hay que pensar positivamente, para que las cosas malas no se transformen en realidad. En teoría, el concepto es sencillo y simple, sobre todo cuando no es uno el afectado.
Para mí, mi madre ha sido una de las personas más importantes y determinantes en mi vida. Como en toda relación maternal, en más de alguna ocasión hemos tenido conflictos y roces... pero la amo entrañablemente. Y hasta la fecha, siempre la he visto a mi lado, con la garantía de que ella estará allí siempre que la necesite. Y sinceramente me da mucho miedo pensar que pronto pudiera esto cambiar. Se que todos vamos a morir tarde o temprano; pero creo que siempre trata de ver uno este evento como lo más lejano posible.
Posiblemente estoy adelantando vísperas; ya que aún no se confirma nada. Y es difícil lidiar con la impotencia de pensar que es casi nada lo que uno puede hacer ante estas situaciones. Por lo pronto, mi intención es disfrutar a mi mamá, sea mucho o poco el tiempo que me quede con ella.
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